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CRECE EXITOSO PROGRAMA DE REFORESTACIÓN EN NICARAGUA

Miles de productores beneficiados, mediante incentivos forestales a través de la venta de créditos de carbono en mercados voluntarios internacionales

Por Roberto Fonseca L. – Revista Estrategia & Negocios

Castellón y Kahlil Baker, de origen nicaragüense y canadiense, respectivamente, surgió la visión de incorporar a pequeños y medianos productores en un programa de reforestación en el país centroamericano, mediante un mecanismo de incentivos forestales a través de la venta de créditos de carbono en los mercados voluntarios internacionales.

A octubre de 2022, ese programa impulsado por dos organizaciones: Takingroot, de Canadá; y su socio local, la Asociación de Profesionales para el Desarrollo Integral de Nicaragua (APRODEIN), registraba resultados sorprendentes. Alrededor de 3.849 productores participantes, 13.791 hectáreas con sistemas compactos silvopastoriles y agroforestales, más de 17 millones de árboles vivos de variedades nativas y más de US$10 millones invertidos en comunidades involucradas.

Elvin Castellón, presidente de APRODEIN y cofundador del programa de reforestación, recordó que en 2010 se registró la primera gran venta de 12.000 bonos de carbono en los mercados voluntarios, correspondientes a 12.000 toneladas de CO2 secuestradas.

“Para los próximos cinco años, nuestra meta es agregar 55.000 hectáreas en Nicaragua y generar transacciones en bonos de carbono por un monto de US$80 millones en mercados voluntarios. De ese monto, US$60 millones se entregan directamente a los productores involucrados en el programa de reforestación”, contribuyendo a mitigar los efectos de la pobreza y mejorar sus niveles de vida, explica.

Antes de la pandemia del COVID-19, sus planes eran extenderse e implementar el programa de reforestación en el país vecino Honduras, así como en República Dominicana, Colombia y México. Sin embargo, en el caso de Honduras la iniciativa quedó sepultada luego que el gobierno de Xiomara Castro, a través de la Secretaría de Energía, Recursos Naturales, Ambiente y Minas (SERNA), decretó una moratoria nacional indefinida en la venta de créditos de carbono forestal, vigente a partir del 24 de junio del 2022. Una moratoria similar dice que se aprobó en la isla caribeña.

Por ello, hoy tienen los ojos puestos en la expansión del programa a nivel nacional en Nicaragua y en un futuro, México y Colombia. Agregó que, en el mercado de bonos voluntario, cada transacción se realiza directamente con las empresas compradoras, entre las que citó al gigante tecnológico Microsoft, que adquiere alrededor de la mitad de los bonos de carbono del programa.

“Nosotros vendemos los bonos de carbono del programa a empresas ubicadas en Suiza, Alemania, Suecia, España, Estados Unidos y Canadá. No vendemos en países asiáticos”, afirma.

REQUISITOS A PRODUCTORES

Para participar, los productores nicaragüenses deben cumplir con los siguientes requisitos: que la tierra esté legalizada y no esté involucrada en conflicto de propiedad, que esté deforestada, que tenga agua para mantener funcionando los viveros y los árboles vivos, tener al menos 10 hectáreas de extensión para dedicar mínimo dos hectáreas a la reforestación, que exista un garante y suscribir un contrato de largo plazo.

Castellón explica que el contrato es de largo plazo porque su modelo contempla sembrar variedades nativas de rápido crecimiento para su aprovechamiento posterior, junto a variedades de mucho más lento crecimiento como Cedro Real, Pochote, Genízaro y Macuelizo, que crecen entre 25 a 40 años.

“La idea es que el productor deje una herencia a sus hijos. Al final, lo que buscamos no es solo vender bonos de carbono, sino lo que buscamos es la restauración del bosque. Esa es la idea”, insiste.

Ambas organizaciones -Takingroot y APRODEIN – han desarrollado una plataforma tecnológica que contribuye a medir en tiempo real la captura de CO2 en las fincas participantes distribuidas en polígonos, que son monitoreadas con el apoyo de satélites que orbitan alrededor del planeta y que brindan información valiosa para los compradores de bonos de carbono.

Previamente, un técnico del staff local georeferencia la finca, el área donde se desarrollará el proyecto de reforestación y la plataforma tecnológica de Takingroot proyecta el carbono que se capturará y además el dinero que se pagará al productor por año. Este monto se realiza en varios pagos a lo largo del año, conforme el avance del proyecto.

Además, cada cinco años se realizan auditorías internacionales, por parte de una empresa auditora independiente. Abarca el área financiera y de campo, de forma aleatoria.

“Eso hace un control de confiabilidad y de calidad, que despierta interés en los compradores. En las transacciones bajo un mecanismo de carbono voluntario, los pagos no llegan al Estado, porque las empresas que trabajan con nosotros prefieren canalizar esos recursos a los productores directamente”, agrega.

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